06 mayo, 2017

Manual de supervivencia

Que dejemos de acobardarnos
por los monstruos escondidos 
en el armario,
y por los fantasmas con los que
alguna vez hemos compartido almohada.

Que riamos con los nuestros
alrededor de una mesa,
mirándoles a los ojos,
y no a través de una pantalla de teléfono.

Que contemos la vida por cada
sorbo que bebemos,
y no por las botellas que aún
están sin descorchar.

Que viajemos,
que descubramos mundo
aunque hayamos perdido el mapa;
que cantemos hasta desgarrarnos la voz,
aunque hayamos olvidado la letra;
y que bailemos,
siempre,
aunque la música
haya dejado de sonar.

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