02 octubre, 2017

Todo lo que podría haber sido

Te hubiese dibujado aquel día,
a las marcas de tu pintalabios de color
por cada esquina de mi edredón,
a esa violácea luz que desprendías
al abrir tus oscuros ojos llenos
de legañas y de rímel descorrido,
como si la electricidad general
que produce la ciudad
emanase desde el centro de tus piernas.

Te habría follado al borde de la ventana,
y que el vecindario viese
tus pechos rebotar.

Te habría construido un mundo entero
plegable en el que
esconderte de los malos,
en el que nunca te faltasen las ganas,
ni de reír ni de llorar.

Te habría bebido enterita,
de un sorbo, sin destapar,
atragantándome
hasta que te me hubieses
escurrido por la nariz.

Y después el puto
despertador intermitente
que no para de sonar,
las cortinas echadas,
la almohada en los pies,
octubre que se acomoda
suavemente entre mis dedos,
y una canción de Sinatra a lo lejos,
como un eco sin pilas.


Lunes, 8:00 AM.