Me llama "chéri" y me despierta cada mañana. Me canta mientras la ducho, y sonríe cada vez que la abrazo. Me pide que la lleve en brazos a cada rato, y que la aúpe cuando no llega a las estanterías. Me trae libros para que se los lea, y me enseña el nombre de los animales que aún no sé. Me cuenta historias de su colegio, de sus amigas y de su admirada profesora. Me hace cosquillas en el cuello en cuánto me despisto, trepa por mi espalda y salta sobre mi estómago cuando estoy durmiendo. Y apenas me llega por el ombligo. Se llama Noémie y, es ella, quién me hace feliz.
Merci, petite.
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