17 abril, 2016

#3

La vida. Esa gran desconocida. La que nos descoloca de la cabeza 
a la punta de los dedos de los pies sin ni siquiera pedir permiso. 
La que nos desplaza de nuestra ciudad de la infancia a cualquier otro 
punto del mundo, al que a ella le venga bien, porque sí, porque le da la gana.

Eso me pasó hace, hoy, tres años. Me descolocó, me subió a un avión 
rodeado de maletas, de abrazos a los que echar de menos, 
de los "volveré pronto" que no llegaron a cumplirse; y me llevó 
rumbo a la 'ciudad de la luz'.

Tres años desde que un andaluz de una ciudad perdida en mitad de Jaén 
se dejó marchar a un país en el que, sin saber nada de francés, le acogió 
con los brazos de par en par. Tres años en los que me he dado de bruces 
con el suelo y he conseguido levantar, en los que me enamoré de nuevos amigos, 
que se marcharon, que se quedaron... que de una forma u otra siguen conmigo. 

Tres años en los que pude recorrer parte del mundo. 
Tres años que empezaron siendo contigo, y que ahora son sin ti.
Tres años de maletas deshechas, de fotografías enmarcadas, 
de historias que contar, de gente a la que echar de menos.

La vida. Esa gran desconocida. 
La que nos lleva lejos de casa. La que nos lleva a un nuevo hogar.



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